Revista Médica Vozandes
Volumen 27, Número 1, 2016
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RELACIÓN PROFESIONAL SANITARIO – PACIENTE, DURANTE LA PANDEMIA
DE COVID19. ¿DISTANCIAMIENTO SOCIAL O PROFESIONAL? ESTRATEGIAS
ÉTICAS PARA EL FUTURO.
Guarnizo Chávez Andrés
1
*
Resumen
La pandemia de SARS Cov19 ha cambiado la forma de hacer
medicina para siempre. De entre todas las disciplinas es quizá la
bioética la que más debe adaptarse a los nuevos tiempos venideros.
Las tecnologías indicadas para el entorno virtual de atención médica,
las barreras de bioseguridad, y el distanciamiento social; han dejado
huellas negativas en la relación médico paciente, la misma que se
ha vuelto menos comunicativa y personal; para convertirse en algo
más automatizado. Es hora de adecuar nuestras propias capacidades
para mejorar y optimizar la atención sanitaria, El presente artículo trata
sobre las limitaciones de la relación profesional sanitario - paciente en
el contexto de la pandemia, y qué estrategias pueden implementar
los profesionales y estudiantes para mejorarla.
Palabras clave: COVID-19, Relación médico paciente, Ética clínica, Bioética,
Cuidado centrado en el paciente
Abstract
The SARS Cov19 pandemic has changed the way to make medicine
forever. Of all the disciplines, it is perhaps bioethics that must best
adapt to the new times ahead. The technologies indicated for the
virtual healthcare environment, biosafety barriers and social distancing;
has left negative marks on the doctor-patient relationship, which has
become less communicative and personal; to become something
more automated. It is time to adapt our own capacities to improve and
optimize our care. This article deals with the limitations of the doctor-
patient relationship in the context of the pandemic, and what strategies
professionals and students can implement to improve it.
K eywords: COVID-19, Doctor patient relation, Clinical ethics, Bioethics, Patient centered care
Introducción
Una de las bases que garantizan la buena atención clínica, es la relación
profesional sanitario - paciente, eje fundamental de la prestación
sanitaria. La misma resume de manera aplicada y práctica, los principios
de la llamada “bioética principalista” con la cual un profesional de
salud tiene acercamiento desde las primeras cátedras de pregrado.
Estos principios, de manera clásica se dividen por jerarquías:
-Principios de primer nivel: No malecencia y justicia. Son
obligatorios, exigibles por la sociedad mediante imposición de
leyes y búsqueda de consenso.
-Principios de segundo nivel: Autonomía y Benecencia.
Obedecen al sistema de valores y se encuentran en la esfera
privada e individual de las personas.
(1)
La bioética ha sido quizá la parte más cambiante de la medicina y que
ha evolucionado de mejor manera a lo largo de los tiempos; desde
los modelos paternalistas clásicos donde el médico imponía su verdad
DILEMAS ÉTICOS
Revista Médica Vozandes
Volumen 32, Número 1, 2021
Forma de citar este artículo: Guarnizo A.
RELACIÓN PROFESIONAL SANITARIO –
PACIENTE, DURANTE LA PANDEMIA DE
COVID19. ¿DISTANCIAMIENTO SOCIAL
O PROFESIONAL? ESTRATEGIAS ÉTICAS
PARA EL FUTURO. Rev Med Vozandes.
2021; 32 (1): 43-47
1 Universidad de Cuenca. Facultad de Ciencias Médi-
cas. Posgrado de Medicina Legal y Forense.
Cuenca – Ecuador.
ORCID ID:
Guarnizo Chávez Andrés
orcid.org/ 0000-0002-1578-2282
*Corresponding author: Guarnizo Chávez
Andrés
E-mail: andresj.guarnizo@ucuenca.edu.ec
Este artículo está bajo una
licencia de Creative Com-
mons de tipo Reconocimien-
to – No comercial – Sin obras
derivadas 4.0 International.
Received: 11 – Jan – 2021
Accepted: 22 – Feb – 2021
Publish: 01 – Mar – 2021
Conflict of interest: The author declared that there
are no conicts of interest.
Financial disclosure: The author have no nancial
relationships relevant to this article to disclose.
DOI: 10.48018/rmv.v32.i1.6
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Volumen 32, Número 1, 2021
y punto de vista, hasta el actual modelo de responsabilidad
compartida donde tanto médico y paciente son entes activos
de la toma de decisiones, cumpliendo con el tan mencionado
principio de autonomía.
(2)
En las facultades de medicina se instruye teóricamente la
cátedra de bioética, y en la experiencia clínica y hospitalaria del
estudiante, se la pone en práctica. Sin embargo, las nociones
tradicionales de esta relación profesional sanitario - paciente
han cambiado en el contexto de pandemia. Citamos el caso
de la telemedicina donde estudiantes de los últimos semestres
han sido designados para atender llamadas telefónicas a n
de orientar al usuario sobre los síntomas sospechosos del SARS
Cov2, y a dónde acudir si éstos fueran positivos. Es decir, muchos
estudiantes han tenido que enfrentarse a una nueva modalidad
de relación profesional sanitario - paciente, sin haber tenido
siquiera la experiencia necesaria en la modalidad clásica.
Los médicos ya formados, que han tenido la oportunidad de
trabajar las vicisitudes propias de la atención personal; hoy se
enfrentan a nuevos retos en la modalidad virtual o con exceso
de barreras físicas entre ellos y sus respectivos pacientes.
¿Y qué hay del enfermo? Tampoco debemos olvidar
que ellos, también acostumbrados a la atención médica
tradicional, pueden verse consternados ante la imposibilidad
de ver directamente a la persona que le trata su dolencia, al
impedimento de acudir a un centro de salud por la cuarentena,
o la simple idea que no está recibiendo la atención que se
merece en base a sus necesidades.
Para los pacientes internos, la situación no es distinta: Tener
que estar separados por áreas de aislamiento, evitar visitas
de sus familiares, incluso el hecho que el profesional deba
tocarlo lo “menos posible” y al hacerlo tener que llevar tantas
barreras de bioseguridad; le dará la impresión de ser atendido
por autómatas, y no por personas de carne y hueso tal como
ellos. Pueden también auto percibirse como meros casos
clínicos, como cifras o como enfermedades en lugar de seres
humanos. El mismo caso se nota cuando por la gran auencia
de enfermos, se disminuye el tiempo de atención de cada
uno. En un abrir y cerrar de ojos, pudieron haber llegado diez
pacientes más, dejando un poco abandonado a los que ya se
encontraban en espera de su consulta.
Una buena relación profesional sanitario- paciente, es aquella
que benecia a ambas partes. Al médico le recuerda el
sentido mismo de su vocación, lo enaltece como persona y
profesional; y al paciente le hace sentir seguro de encontrar
la ayuda que requiere. Es saber conjugar la ciencia y el
conocimiento, con valores humanos tales como amabilidad,
servicio, y preocupación por el prójimo.
(3)
¿Cómo afecta la pandemia a la relación profesio-
nal sanitario - paciente?
En el libro “El médico y el enfermo” del autor Pedro Lain
Entralgo, se citan de manera simultánea los cinco momentos
fundamentales en la relación profesional sanitario - paciente,
sin los cuales la misma no existiría. En base a esto se puede
analizar con numerosos ejemplos como la emergencia
sanitaria debilita cada uno de los eslabones necesarios en
dicha relación.
1) Momento cognoscitivo: Cuando se
llega al conocimiento nosológico de
la enfermedad, sus causas, curso y
consecuencias. Así como también del
conocimiento de manera integral del
paciente que la padece.
(4)
Desde el inicio de la pandemia se
priorizó en muchas instituciones al
paciente COVID, relegando a segundo
plano otro tipo de usuarios como por
ejemplo aquellos de cirugías electivas,
y postergando indenidamente sus
tratamientos. Pacientes oncológicos que
se han complicado por no poder acudir
a sus quimioterapias, y han tenido que
buscar como alternativa la comunicación
vía telefónica con sus especialistas.
También se toman en cuenta los casos
de subdiagnóstico en otras entidades
patológicas, o complicación de las mismas.
2) Momento afectivo: Sentimientos y
emociones propios de la empatía entre
médico y paciente.
(4)
Ante una enfermedad de pronóstico
incierto, y que ha generado un
pánico social secundario, es inevitable
encontrarnos con cuadros dramáticos
sumamente emotivos, tales como
médicos que deben comunicar a
pacientes y familiares que su salud va
empeorando, o incluso hasta el momento
de dar las malas noticias.
3) Momento operativo: Como su nombre
lo indica, corresponde al tratamiento
y cualquier procedimiento que lleve a
cabo el galeno, para tratar de curar a
su paciente. Íntimamente ligado a la
“lex artis”.
(4)
El enfermo y su familia tienen la percepción
que su médico hará lo posible para realizar
un tratamiento ecaz, lo que muchas
veces se ve comprometido por la falta y
escases de recursos e insumos necesarios.
A veces estas carencias que dependen
de instancias administrativas superiores
son vistas como error médico por personas
poco comprensivas.
4) Momento ético: Implica el correcto
cumplimiento de las normas que regulan
la actividad de la medicina y la relación
clínica.
(4)
Al momento actual existe controversia en
las guías clínicas y protocolos de Covid19,
por la falta de consenso y evidencia de
primer nivel. Prácticamente existen tantos
lineamientos clínicos como hospitales en
el mundo.
RELACIÓN PROFESIONAL SANITARIO – PACIENTE,
DURANTE LA PANDEMIA DE COVID19 (...)
Chávez G
5) Momento histórico social: Aspectos sociales del
médico y del paciente en contexto del tiempo y
lugar donde se desenvuelven.
(4)
Es el más importante en la situación actual, pues nos
encontramos frente a una situación que literalmente puso
al mundo y sistema de salud “de cabeza” de un momento
para otro, lo que conlleva a cambios bruscos en la atención.
El perl del médico y del estudiante de medicina
La bioética en su sentido social más amplio impregna un
nuevo modelo educativo que tiene en cuenta la dimensión
social de los pacientes, así como su siología y psicología.5
Estas virtudes éticas de un buen profesional también se han
visto comprometidas en el contexto de la atención cada
vez menos personalizada.
Ya sea por distanciamiento frente a nuevas modalidades
de atención, por la enfermedad en sí misma, por las
barreras interpersonales que previenen contagios, o por
la percepción subjetiva de un paciente que busca la
mejor atención de manera desesperada; no se ha podido
optimizar las relaciones humanas y la probidad que
merecemos y a la que estamos acostumbrados.
Las universidades han tenido el deber histórico de formar
médicos con un amplio compromiso humano y una serie
de valores; los mismos que en contexto de pandemia no
deben perderse, pero si adaptarse, incluso con una visión
hacia el futuro postpandemia: ¿Cómo se modicará el
pensum de estudios de los profesionales de la salud para
ajustarse al nuevo ambiente epidemiológico? ¿Qué
acciones de capacitación o de educación continua
deben establecerse para esta nueva realidad?
(6)
Es deber del profesional de la salud encontrar las mejores
maneras de llegar a su paciente dentro de las posibilidades
y restricciones que la situación lo permite. Esto sin quitar la
responsabilidad compartida del paciente, que no debe
limitarse como sujeto pasivo del acto médico, sino que
también tiene el deber de cooperar, y muchas veces
de comprender estas limitaciones, que van desde la
cancelación de la mayoría de las consultas “no urgentes”
con el n de minimizar desplazamiento de pacientes hacia
una institución, hasta complicaciones intradomiciliarias
debido el miedo natural de los pacientes a acudir a un
profesional cuando lo requieren.
(7)
Siendo la humildad una característica fundamental
del profesional, es momento de reconocer sus propias
capacidades, y porque no sus propios límites. Aceptar
que las más complejas especialidades ahora pasaron
momentáneamente a segundo plano, y que, en aras
de solventar las necesidades sanitarias durante esta
pandemia, los más grandes especialistas se han convertido
en médicos generales y hasta en tele-médicos.
El respeto al enfermo garantiza la buena relación
profesional sanitario - paciente. Ésta va de la mano con la
integridad moral que atestigua la igualdad de condiciones
y derechos. La misma calamidad se ha encargado de
ponernos en equivalencia, y a la vuelta de la esquina
puede ser el personal de salud, los que postrados
requieran alivio de sus síntomas.
Es el momento de ser veraces, para llegar a tener
una buena conabilidad con el usuario. Ser
directos pero empáticos, ponerse en los zapatos
del otro, y pensando que en cualquier momento
uno de nosotros o nuestros seres queridos podrían
estar en la misma situación. Analizar cómo nos
gustaría ser tratados, y aplicarlo a nuestra
práctica clínica; siempre de la mano con la mejor
evidencia cientíca disponible y con la sinceridad
del pronóstico esperado. Recordar que incluso
la salud mental puede verse comprometida por
una mala comunicación.
Autocontrol: El médico pasa como todos los
seres humanos por sentimientos de angustia,
impotencia, desesperación y ansiedad. Saber
controlarse es parte fundamental de su desarrollo
desde las aulas; para no menoscabar su propia
salud mental y para que las personas a su
alrededor no se vean afectadas por sus estados
de ánimo. Esto nos lleva a otro punto: la valentía.
Un médico valiente podrá soportar muchas
cosas; sin embargo, puede alcanzar el límite de
estrés. Ver a diario contagios, situaciones críticas,
fallecimiento de sus propios colegas; le hará
cuestionarse tarde o temprano sobre su propia
vulnerabilidad física o labilidad emocional, más
aún si no se ha respetado el deber de conferir
seguridad a los trabajadores que laboran en
condiciones francamente riesgosas.
(8)
Muchos
llegarán a preguntarse si solo es cuestión de
tiempo que llegue su hora, si vale la pena
arriesgarse por salvar a su prójimo. Y me atrevo a
decir que la respuesta siempre será sí. Pues riesgo
siempre hubo; cuando valoras una meningitis,
cunado manejas material corto punzante,
cuando vas en una ambulancia, etc. Que una
nueva enfermedad no sea el pretexto para dejar
la vocación de lado. Hay que ser mucho más
estricto con las medidas de bioseguridad, sí; pero
desistir, jamás.
Retos futuros en la relación profesional
sanitario - paciente
La ética médica no es algo que viene implícito
con el título, ni algo que se adquiere de noche
a la mañana. Por el contrario; es algo que se
debe cultivar en las mentes de los estudiantes
en formación, a la vez que recordarles
constantemente a los médicos ya graduados,
para que no dejen de practicarla siempre en
su vida profesional. Es deber de las facultades
de ciencias de la salud en sus programas de
pregrado y postgrado, así como a los hospitales,
clínicas y centros de salud dentro de su auditoría
interna; el capacitar sobre estos temas que
muchas veces se pasan por alto.
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Si la medicina es un arte en constante evolución, y la educación
de la misma se adapta a los nuevos tiempos, la relación
profesional sanitario - paciente no puede quedarse atrás.
Telemedicina
Si la atención médica virtual implementada para el
distanciamiento obligatorio evita el contacto físico, se debe
evitar ser solo una cara en la pantalla o una voz detrás del
teléfono. Es fundamental demostrar que detrás de ese medio
de comunicación existe una persona formada en normas
humanísticas básicas. Se debe buscar nuevas estrategias
comunicativas y a la vez empáticas, que hagan considerarse
valorado al enfermo, y lo hagan sentir una persona real.
Estrategias que pueden ir desde saludos personalizados,
preguntas acerca de su entorno familiar o de la salud de
sus seres queridos antes de entrar en la consulta misma. Una
observación o una broma sutil que puedan generar ese
ambiente de conanza necesario para que el paciente se
sienta seguro y colabore con la atención.
Consentimiento informado
Una de las dicultades más notorias al momento de no tener
una atención personal, es la obtención del consentimiento
informado en casos que se requiera el mismo por escrito. Sin
embargo, previo a dejar constancia en la historia clínica, es
aceptable que para tales casos excepcionales se utilice
consentimiento verbal por parte del paciente, y si es posible,
grabar audio o video de dicha constancia.
(9)
Protocolos de atención
Es normal encontrar en la práctica distintos tipos de pacientes,
desde los colaboradores hasta los ansiosos, pasando por
los expansivos y los despreocupados. Por tanto, si bien es
imprescindible individualizar el trato para cada persona,
es cierto también que al menos cada área clínica tenga
un protocolo estandarizado para entrevistas tele médicas
orientadas al usuario. Se recomienda usar un tono tranquilizador
en las mismas, y adaptarse al ritmo de la conversación y las
necesidades del paciente, utilizando un lenguaje accesible y
empático con preguntas concretas que ayuden en el soporte
tanto patológico como emocional.
(10)
Apoyo emocional
Un gesto, una señal, unas palabras de aliento, o el simple hecho
de poner la mano en el hombro de un paciente postrado en
el ámbito hospitalario; puede ser la manera de hacerlo sentir
mejor; de decirle “yo estoy aquí y haré lo posible por cuidarte”.
Llamar al paciente por su nombre hará que no se sienta como
una estadística, un caso positivo, o un futuro deceso más.
Comunicación
Ya se ha hablado de la eventual escases de insumos, personal
e infraestructura, entes necesarios para una atención oportuna
y de calidad. La descompensación y subsiguiente muerte
de un paciente crítico no es algo sorprendente, pero sí que
en algunos casos podría haber sido evitable, ya sea con
disponibilidad de respiradores, camas en UCI, o médicos
disponibles. Se ha evidenciado durante esta pandemia, que
el antiguo dilema bioético de racionamiento de recursos
vitales y a quien asignarlos, ha sido más fuerte que nunca; el
decidir por ejemplo “a cuál de los dos pacientes asignar el
único ventilador disponible” nunca ha sido fácil.
Autores recomiendan maximizar los recursos,
priorizar a los trabajadores de salud, no priorizar
la asistencia de llegada y actuar en base a la
evidencia cientíca disponible, etc.
(11)
Medidas
que quizá al común de la gente o familiares
les resulte difícil entender. La comunicación del
estado, pronóstico, evolución, y desenlace es
una prioridad
Instrucción ética
El papel del estudiante de medicina también
es fundamental, aunque siempre con la reserva
del caso. El apoyo asistencial a pacientes
ambulatorios u hospitalizados por otras causas
puede ser su punto fuerte, así como servir de
interlocutores entre pacientes ingresado que no
pueden recibir visitas y sus familiares, etc. Aparte
de los benecios propios para el sistema de
salud, también se podría obtener un benecio
personal para forticar valores como altruismo y
generosidad.
(12)
Todo es cuestión de tener la voluntad, iniciativa,
y ganas de entregar a la sociedad la bondad
que caracteriza al galeno; y por la que decidió
seguir esta profesión.
Conclusiones
La relación profesional sanitario - paciente
es el pilar fundamental de la práctica de la
medicina y como tal, debe seguir ejecutándose
sin excepción en todos los ámbitos donde esta
se lleve a cabo. Esta relación necesariamente
debe ser bilateral y compartida donde tanto el
galeno como el enfermo deberán escuchar y
comprender al otro
Las universidades tienen la responsabilidad de
formar profesionales con ética médica tanto en
sus programas de pregrado como de postgrado,
Mientras que las instituciones de salud deben
hacerse cargo de fomentar su socialización y
capacitación periódica.
En los tiempos de pandemia, el profesional
sanitario debe adaptar sus conocimientos de
bioética al contexto de la nueva forma de hacer
medicina, tanto para no deshumanizar al arte
de la misma, como para adaptarse e innovar
estrategias que lleguen al paciente.
La telemedicina llegó para quedarse, tiene
que verse e institucionalizarse como una nueva
estrategia de atención, más que como una
medida temporal. Por tanto dentro de la misma,
es necesario adaptar un nuevo enfoque de
la relación profesional de la salud – paciente,
acorde con las necesidades informáticas, éticas
y sobre todo, teniendo al usuario como centro de
la atención sanitaria.
Chávez G
RELACIÓN PROFESIONAL SANITARIO – PACIENTE,
DURANTE LA PANDEMIA DE COVID19 (...)
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