5) Momento histórico social: Aspectos sociales del
médico y del paciente en contexto del tiempo y
lugar donde se desenvuelven.
(4)
Es el más importante en la situación actual, pues nos
encontramos frente a una situación que literalmente puso
al mundo y sistema de salud “de cabeza” de un momento
para otro, lo que conlleva a cambios bruscos en la atención.
El perl del médico y del estudiante de medicina
La bioética en su sentido social más amplio impregna un
nuevo modelo educativo que tiene en cuenta la dimensión
social de los pacientes, así como su siología y psicología.5
Estas virtudes éticas de un buen profesional también se han
visto comprometidas en el contexto de la atención cada
vez menos personalizada.
Ya sea por distanciamiento frente a nuevas modalidades
de atención, por la enfermedad en sí misma, por las
barreras interpersonales que previenen contagios, o por
la percepción subjetiva de un paciente que busca la
mejor atención de manera desesperada; no se ha podido
optimizar las relaciones humanas y la probidad que
merecemos y a la que estamos acostumbrados.
Las universidades han tenido el deber histórico de formar
médicos con un amplio compromiso humano y una serie
de valores; los mismos que en contexto de pandemia no
deben perderse, pero si adaptarse, incluso con una visión
hacia el futuro postpandemia: ¿Cómo se modicará el
pensum de estudios de los profesionales de la salud para
ajustarse al nuevo ambiente epidemiológico? ¿Qué
acciones de capacitación o de educación continua
deben establecerse para esta nueva realidad?
(6)
Es deber del profesional de la salud encontrar las mejores
maneras de llegar a su paciente dentro de las posibilidades
y restricciones que la situación lo permite. Esto sin quitar la
responsabilidad compartida del paciente, que no debe
limitarse como sujeto pasivo del acto médico, sino que
también tiene el deber de cooperar, y muchas veces
de comprender estas limitaciones, que van desde la
cancelación de la mayoría de las consultas “no urgentes”
con el n de minimizar desplazamiento de pacientes hacia
una institución, hasta complicaciones intradomiciliarias
debido el miedo natural de los pacientes a acudir a un
profesional cuando lo requieren.
(7)
Siendo la humildad una característica fundamental
del profesional, es momento de reconocer sus propias
capacidades, y porque no sus propios límites. Aceptar
que las más complejas especialidades ahora pasaron
momentáneamente a segundo plano, y que, en aras
de solventar las necesidades sanitarias durante esta
pandemia, los más grandes especialistas se han convertido
en médicos generales y hasta en tele-médicos.
El respeto al enfermo garantiza la buena relación
profesional sanitario - paciente. Ésta va de la mano con la
integridad moral que atestigua la igualdad de condiciones
y derechos. La misma calamidad se ha encargado de
ponernos en equivalencia, y a la vuelta de la esquina
puede ser el personal de salud, los que postrados
requieran alivio de sus síntomas.
Es el momento de ser veraces, para llegar a tener
una buena conabilidad con el usuario. Ser
directos pero empáticos, ponerse en los zapatos
del otro, y pensando que en cualquier momento
uno de nosotros o nuestros seres queridos podrían
estar en la misma situación. Analizar cómo nos
gustaría ser tratados, y aplicarlo a nuestra
práctica clínica; siempre de la mano con la mejor
evidencia cientíca disponible y con la sinceridad
del pronóstico esperado. Recordar que incluso
la salud mental puede verse comprometida por
una mala comunicación.
Autocontrol: El médico pasa como todos los
seres humanos por sentimientos de angustia,
impotencia, desesperación y ansiedad. Saber
controlarse es parte fundamental de su desarrollo
desde las aulas; para no menoscabar su propia
salud mental y para que las personas a su
alrededor no se vean afectadas por sus estados
de ánimo. Esto nos lleva a otro punto: la valentía.
Un médico valiente podrá soportar muchas
cosas; sin embargo, puede alcanzar el límite de
estrés. Ver a diario contagios, situaciones críticas,
fallecimiento de sus propios colegas; le hará
cuestionarse tarde o temprano sobre su propia
vulnerabilidad física o labilidad emocional, más
aún si no se ha respetado el deber de conferir
seguridad a los trabajadores que laboran en
condiciones francamente riesgosas.
(8)
Muchos
llegarán a preguntarse si solo es cuestión de
tiempo que llegue su hora, si vale la pena
arriesgarse por salvar a su prójimo. Y me atrevo a
decir que la respuesta siempre será sí. Pues riesgo
siempre hubo; cuando valoras una meningitis,
cunado manejas material corto punzante,
cuando vas en una ambulancia, etc. Que una
nueva enfermedad no sea el pretexto para dejar
la vocación de lado. Hay que ser mucho más
estricto con las medidas de bioseguridad, sí; pero
desistir, jamás.
Retos futuros en la relación profesional
sanitario - paciente
La ética médica no es algo que viene implícito
con el título, ni algo que se adquiere de noche
a la mañana. Por el contrario; es algo que se
debe cultivar en las mentes de los estudiantes
en formación, a la vez que recordarles
constantemente a los médicos ya graduados,
para que no dejen de practicarla siempre en
su vida profesional. Es deber de las facultades
de ciencias de la salud en sus programas de
pregrado y postgrado, así como a los hospitales,
clínicas y centros de salud dentro de su auditoría
interna; el capacitar sobre estos temas que
muchas veces se pasan por alto.
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DILEMAS ÉTICOS
Revista Médica Vozandes
Volumen 32, Número 1, 2021