
32 Revista Médica Vozandes
Volumen 33, Número 2, 2022
DISCUSIÓN
De un total de 686 participantes, el género masculino es el más
prevalente con el 50%, en relación con el género femenino
y otros; en contraposición al estudio de Budny AM y cols., en
su trabajo titulado “The physician’s attire and its inuence
on patient condence”, del año 2006 (7), donde se puede
apreciar que el sexo femenino (64%) es el que presentó mayor
participación, aunque debemos considerar que este estudio
tuvo 155 participantes. Con relación al grupo de edad, en este
mismo estudio, la mayoría pertenecieron al grupo comprendido
entre 41 a 55 años (32%), en comparación con nuestro estudio,
el grupo de edad de mayor participación fue el comprendido
entre 35-54 años (34%), si bien la división por grupos de edad
varia levemente entre los dos estudios, se aprecia cierta similitud
entre los dos. Por su parte en el estudio “What to wear when
practicing oriental medicine: patients’ preferences for doctors’
attire”, realizado por Chang y cols., en el año 2011 (8), la muestra
de población comprendió 153 pacientes, de los cuales 49
pertenecen al sexo masculino y 104 al femenino, con una
edad media de 43,3 años, datos similares a nuestro estudio
con relación a la edad, pero diere en relación al sexo. De la
misma manera que el estudio de Chang y cols., el estudio de
Kurihara y cols., muestra que la mayoría de los participantes
eran hombres (40.3%), pero diere en relación a la edad
media que fue de 51,9 años (9). En la revisión sistémica TAILOR
que evalúa la percepción del paciente sobre la vestimenta
médica, participaron en todos los estudios, 33% de hombres
frente a 67% de mujeres (10). Sobre el nivel de educación, en
nuestro trabajo, sobresalen aquellos pacientes con un nivel de
educación universitario, representados por el 49%, semejante
a lo demostrado en el estudio TAILOR, donde siete estudios
especicaron la inclusión de pacientes que tenían al menos
una alta educación escolar o universitaria (10).
Al realizar el análisis estadístico de la percepción de conanza
por parte del paciente con relación a la vestimenta médica,
se pudo determinar que esta es mayor cuando el médico
usa scrub y mandil, tanto para la población femenina como
masculina (54-55%, respectivamente). Lo contrario sucedió en
el estudio de Budny AM y cols., donde se pudo apreciar que
el 68% de los participantes indicó que tenían más conanza
en un médico que usaba vestimenta profesional (mandil
y ropa formal), y solo el 15% prerió scrubs (7). El estudio de
Chang y cols. (8), también demuestra otra preferencia con
relación a mayor percepción de conanza con los médicos
que usan bata blanca con cualquier atuendo por dentro de
la misma. Chung y cols., mencionan en su estudio “Doctor’s
attire inuences perceived empathy in the patient–doctor
relationship”, del año 2012 (11), las puntuaciones más altas con
relación a “conabilidad” fue cuando el médico estaba vestido
con mandil blanco. Bearman y cols.; la revisión sistemática
titulado “Guía de expertos: vestimenta del personal sanitario
en entornos fuera de la sala de operaciones”, señala que era
poco probable que la vestimenta de los médicos inuyera
en los niveles de conanza o conanza en las habilidades
de los médicos, incluso si los pacientes previamente habían
expresado preferencia por un tipo de atuendo (12). Algo similar
a este último estudio lo describe Cha y cols., pues el 62% de
los encuestados indicó que la vestimenta médica no hace
ninguna diferencia en la conanza que tienen en
su médico (13).
Podemos observar que la literatura es
controversial, con relación al tipo de vestimenta
y la conanza generada, se puede concluir
entonces que, el punto en común en todos los
estudios incluyendo el presente, es el uso de
bata blanca, posiblemente las diferencias con
relación a otros tipos de vestimentas sean, el
reejo del disentimiento socio cultural de los
países en donde se realizaron estos estudios.
El uso de scrub y mandil en este estudio se
relaciona con una percepción por parte de los
pacientes de un alto nivel de profesionalismo de
los médico, por su parte Bearman y cols., en su
estudio encontró que los pacientes calicaron
el profesionalismo independientemente del tipo
de vestimenta (12).
Un 35% de pacientes, consideran que la
vestimenta médica inuye en la satisfacción de
la atención médica a diferencia del metaanálisis
que realizó Bearman y cols., donde se menciona
que la satisfacción de la atención por parte
de su médico es independientemente de la
vestimenta que usen. (12).
Las preferencias para la prestación de servicios
profesionales en distintos ámbitos como consulta
externa, hospitalización, emergencia, pediatría;
fueron el uso de scrub y mandil, considerando la
realización de este estudio en una casa de salud
privada. Los resultados del estudio de Budny AM
y cols., demostraron que el 82% de los pacientes
de práctica privada prerieron un médico
con vestimenta (formal) (7). Así también en el
estudio de TAILOR (10) el de Bearman y cols, (12) y
el de Sotgiu y cols. (14), los pacientes expresaron
preferencia por la vestimenta formal, sin mostrar
una clara predilección por el uso de bata blanca
con este atuendo.
Con relación al uso de mandil en los distintos
ámbitos hospitalarios, independientemente del
atuendo que el médico lleve por debajo del mismo,
nuestro análisis muestra que los participantes
consideran que si se debe usar mandil blanco
en el área de hospitalización, consulta externa y
emergencia (39%, 49%, 35%, respectivamente).
Algo similar se encontró en el estudio de Budny
AM y cols., donde se informó preferencia por el
uso de bata blanca en aproximadamente el 42%
de los participantes (7). Chang y cols., también
coinciden en que, los pacientes prerieron más
el uso de bata blanca (8). Por su parte el estudio
TAILOR demostró que el uso de batas blancas
ANÁLISIS DE LA RELEVANCIA DE LA VESTIMENTA MÉDICA
PARA EL PACIENTE EN UN HOSPITAL DOCENTE(...) Gaibor Viteri I, et al.